FELIZ DIA DE LA MADRE
sábado, 31 de marzo de 2012
jueves, 29 de marzo de 2012
PASCUA
Mona embolicada |
Material socialitzat de l'escola |
Blonda de P3 |
Mona de P3 |
http://ferdemestres.blogspot.com.es/
domingo, 25 de marzo de 2012
Imparten los ciclos educativos obligatorios (6-16 años). La gestión la lleva a cabo el Ministerio de Educación, Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, etc. La enseñanza es laica y gratuita. Los criterios de admisión incluyen aspectos tales como la renta familiar, la proximidad del centro con el domicilio y la presencia de otros hermanos o hermanas en el centro, por lo que algunas familias ven limitadas las posibilidades de que sus hijos puedan acceder a un centro determinado.
Son privados que llegan a acuerdos con la Administración para que sean subvencionados, en gran parte, por fondos públicos. Deben seguir ciertas normas del Ministerio de Educación. La mayoría de ellos están regidos por religiosos, con ideario propio.
La educación es financiada por los padres y madres y gestionada por una persona física o jurídica. Mantienen un ideario, siempre dentro del respeto a la Constitución y a los derechos universales.
Ninguna de las opciones garantiza una enseñanza de calidad; por eso hay que estudiar cuidadosamente cada una de las posibilidades, se trate de un centro público, privado o concertado.
viernes, 23 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
El problema será si un trabajo no sale bien, entonces tendrá consecuencias "negativas" y habrá que repetir lo hecho anteriormente, o lo no hecho, hacerlo.
Todas las decisiones tienen sus consecuencias y hay que afrontarlas, asumirlas, superarlas y realizarlas para conseguir el fin. Porque toda consecuencia tiene un fin que pasa por haber tomado una decisión sobre algo. Hoy, me he tomado un respiro: unos minutos que dedicar al blog y escribir unas pocas líneas.
martes, 20 de marzo de 2012
Las normas son "el conjunto de reglas a seguir", las cuales favorecen una buena conducta, y proporcionan seguridad ante una tarea o actividad.
Además de ocupar un lugar "privilegiado" en el aula, visible para todos, es importante recordarlas y sobre todo practicarlas día a día.
Ejemplo de normas con una presentación prezi:
lunes, 19 de marzo de 2012
domingo, 18 de marzo de 2012
Buñuelos
INGREDIENTES
un vaso de agua (125 ml. aproximadamente)
400 gr. de harina (aprox.)
25 gr. de levadura de panadería
250 gr. de calabaza
una cucharada de sal
una cucharada de azúcar
azúcar para rebozar
una cucharadita de matalahuga (matalauva o semillas de anís)
aceite de girasol para freir
ELABORACIÓN
Cocer la calabaza limpia en una bolsa de asar en el microondas a 800 vatios de potencia. Si no tenemos microondas cocer en un vaso de agua hasta que esté tierna. Triturar la hasta que esté hecha una papilla.
Templar un vaso de agua y diluir en él la levadura. Cuidado con la temperatura del agua, si es demasiado elevada matará la levadura.
Unir en un bol la calabaza triturada, el agua con la levadura, añadir la sal, el azúcar y las semillas de matalahuga, comenzar a echar harina y remover hasta que tengamos una masa homogénea. Dejar levar en el bol con un paño de cocina por encima, unos 40 min.
Una vez fermentada la masa, poner aceite de girasol abundante en una sartén no muy grande, pero que sea honda (o en la freidora). Podemos utilizar aceite de oliva suave.
Ponemos en un bol una cucharada de aceite que nos servirá para untar nos las manos para que al manipular la masa no se nos pegue. Con las manos mojadas en aceite, hacemos bolas con la masa y estiramos con los dedos para hacer un agujero en medio, echar al aceite caliente y freír hasta que se doren.
Una vez fritas espolvorear con azúcar, aunque no es necesario.
Nota.- Si hacemos la calabaza cocida en agua, es posible que la receta necesite algo más de harina, la cantidad de harina que yo utilizo es para calabaza cocida en microondas; la masa queda algo blanda, pero luego quedan los buñuelos más ricos.
sábado, 17 de marzo de 2012
jueves, 15 de marzo de 2012
alumnos con necesidades educativas específicas
CUENTO: La pizarra que habla juega y es tan divertida
La pizarra que habla,
juega y es tan divertida
Era la primera vez que iba a clase. No tenía demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cómo sería su primer día, así que mientras no podía conciliar el sueño ideó una manera para que el tiempo pasara lo más rápido posible.
José Buenaventura creyó que lo más conveniente era imaginar cómo sería el día siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco años.
Éste sería su primer contacto directo con estos niños. Cuando él estudió le enseñaron y dieron muchos consejos de cómo debería tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le hacía muy diferente.
En su cama soñaba despierto que todos los niños se mostraban ilusionados con lo que él enseñaba. Que lo hacía de modo agradable y que nadie se le distraía. De esta manera imaginándoselo se quedó dormido.
Al día siguiente, el despertador sonó antes de lo habitual, había que vestirse para la ocasión, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel día no se hizo el remolón, se levantó inmediatamente. Se dirigió al cuarto de baño, se aseó y afeitó, luego desayunó y se vistió. Hasta llegar al colegio sólo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.
Una vez allí saludó a sus nuevos compañeros, quienes se mostraron muy contentos con su llegada. Entre ellos murmuraban: ¡pobre maestro! En su clase no hay ni una simple pizarra.
José Buenaventura llegó a su aula y saludó a los pequeños: "Hola a todo el mundo". Pero éstos no le correspondieron. También para ellos era el primer día y no sabían frente a quién estaban y como podrían suceder las cosas. Sólo Norberto, un chico pelirrojo bastante despierto preguntó: "Aquí no hay pizarra". A lo que José Buenaventura respondió: "Ésta gran pantalla será nuestra pizarra y con este ordenador haremos todas las actividades".
Al parecer Norberto no había quedado muy satisfecho con la contestación y volvió a preguntar: "¿Y usted dónde se sentará?" En esta ocasión, el maestro sonrió y dijo que él siempre estaría de su lado. Al parecer la primera prueba con los alumnos no había salido del todo mal. No obstante, para ello tuvo que explicar lo que era una pizarra, pues creyó que la mayoría de los niños nunca habían visto una de éstas. Seguidamente, dijo algo sobre su nueva pizarra y por qué estaba enchufada a un ordenador.
Una vez todos se presentaron y mientras Norberto seguía haciendo preguntas de las suyas, José Buenaventura encendió el ordenador y la pantalla se iluminó. En principio resultó un poco fea pero, de repente, comenzó a hacer ruidos, emitir palabras y hasta tenía música. Había muchos colorines y luego aparecieron dibujitos que se movían, que charlaban entre ellos, que hacían preguntas…que invitaban a jugar.
Después de aquello, los chicos fueron al patio, jugaron con el resto de los amigos, corrieron y saltaron muchísimo. Otra vez en clase estuvieron trabajando sobre actividades que el maestro les mandó.
Los días fueron pasando y todos los alumnos estaban muy contentos con aquella nueva pizarra que hablaba, invitaba a jugar y casi sin querer enseñaba cosas muy bonitas. Cuando los pequeños se habían familiarizado con aquella herramienta, también jugaban directamente con ella. Todos disfrutaban mientras aprendían y José Buenaventura cada día estaba más ilusionado pues veía cómo todos participaban. Incluso Ramón, que tenía un problemita en las manitas, para él había una bola de color azul con la que podía jugar y hacer dibujos, o bien colorear en el ordenador.
Él traía a la clase discos que colocaba en el ordenador y todo el mundo jugaba. A veces, escribía algo y enseñaba juegos de otros países, pensados para los niños de cualquier lugar del mundo. También veían la televisión, sólo los programas infantiles y, de vez en cuando, mostraba lugares muy lejanos.
Un día, José Buenaventura dejó de venir al colegio. Nadie supo lo que le sucedió, quizá nadie quiso preguntar qué le había sucedido. Así que me pusieron en su lugar. Me extrañó muchísimo, el primer día que fui, que en la clase no hubiese pizarra, pero pronto me acostumbré. En la actualidad soy incapaz de enseñar sin la ayuda del ordenador y aquella pizarra que habla, juega y es tan divertida. ¡Ah! Lo había olvidado, José Buenaventura está en la Universidad, un lugar donde enseña a los mayores cosas sobre los niños y siempre que tengo alguna duda, acudo a él.
Víctor Amar