FELIZ DIA DE LA MADRE

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lunes, 20 de febrero de 2012

Sus preguntas difíciles


Cinco preguntas difíciles que exigen tu acertada respuesta. Supera con éxito sus interrogantes sin limitarte a...salir del paso. ¡Entérate aquí de cómo lograrlo!




Vaya preguntita del ¡sieteañero! Y es que de los 3 a los 11 años creen que sus padres lo sabemos todo y que tenemos respuestas para cualquiera de sus dudas, así que nos bombardean con sus consabidos porqués, cómos y cuándos para ponernos -con toda su inocencia- en más de un aprieto.
1.EMBARAZOS
¿POR DÓNDE TE METE PAPÁ LA SEMILLITA?
Y si aparece con preguntas fuera de tono, tipo «¿qué es sexo oral?» o «¿qué es un preservativo?», tampoco te alarmes: es mejor que tú se las aclares sin entrar en muchos detalles. En todo caso, aprovecha e indaga dónde escuchó eso para saber por dónde respiran sus amigos. Esta etapa es el momento ideal para pasar de las meras explicaciones biológicas a las que permitan formarle en valores y hablarle de la importancia de los sentimientos, como el amor o la responsabilidad en una relación de pareja.Tarde o temprano te lo preguntará, así querelájate para darle una respuesta clara y concreta: «La semilla, que en realidad se llama espermatozoide, está en el pene de papá, y la introduce por un agujero que tenemos las mujeres. Dentro de la tripa se encuentra con la semilla de mamá, que se llama óvulo». Incluso puedes añadir que ésto ocurre porque mamá y papá se aman y que además resulta muy placentero. Cuando sea mayor, hacia los 10 ó 12 años, ya podrás explicarle con más detalle el acto sexual.
Lo ideal es que el padre hable con los hijos y la madre con las hijas sobre la sexualidad, porque se facilita el proceso de identificación, aunque lo realmente importante es darle la suficiente confianza al niño para que se sienta cómodo y libre de preguntar sobre este tema.
2.DIFÍCILES
¿TU AS FUMADO PORROS?
Como cuando son pequeños resulta difícil explicarles las complejidades de las drogas, basta con que les resaltemos que «son unas sustancias tóxicas y dañinas, como el detergente de casa o la gasolina del coche, que si se ingieren provocan enfermedades».
También se les puede empezar a inculcar la idea de la adicción -«tomarlas se convierte en una costumbre muy mala que es difícil de abandonar»- y, a la vez, elogiarles porque ellos cuidan su cuerpo y evitan cosas que pueden hacerles daño. Asimismo, puede ser una buena oportunidad para preguntarles qué harían ellos si les ofrecieran droga y explicarles que, si rechazan algo malo, sus amigos les van a respetar más; es decir, transmitirles la importancia de elegir por sí mismos y no por lo que otros digan. Y si te asaltan con un «¿tú has fumado porros?», los expertos opinan que, si el niño es muy pequeño, lo mejor es negarlo, ya que se puede comprometer la imagen paterna; a partir de los 10 años ya se puede admitir como una gran equivocación.
Y, como siempre, recuerda: para prevenir cualquier consumo nocivo en tus hijos, la mejor estrategia es el ejemplo. Los niños tienden a copiar lo que sus padres hacen, no lo que dicen.
3. AGOBIANTES
¿POR QUÉ PAPÁ YA NO VA A LA OFICINA?
Hay muchas preguntas que también resultan complicadas de responder porque duelen a los padres o les producen vergüenza. «¿Por qué papá no trabaja?», «¿por qué ya no tenemos cuidadora?», «¿por qué os separasteis?»... son algunos de los interrogantes que inciden en episodios tristes de la vida ante los que queremos poner distancia.
Nunca se debe optar por el silencio o la huida, sino desvelarle brevemente el motivo para que vaya comprendiéndolo y se sienta más relajado. Por ejemplo, «papá está buscando un nuevo trabajo...», «ahora no necesitas cuidadora porque nos ayuda la abuelita...», «papá y yo no podemos vivir juntos porque no nos comunicamos bien...». Sin embargo, este tipo de informaciones deben llegarle siempre dosificadas y con la menor carga emocional posible.
4.IMPREVISTA. 
¿ POR QUÉ ESOS HOMBRES SE BESAN EN LA BOCA?
Cuando te ponga en un verdadero aprieto,puedes responder con preguntas a las suyas, para ganar tiempo y pensar una buena respuesta. Además, entenderás mejor la dimensión y origen de su duda y ahorrarte explicaciones innecesarias. Por ejemplo, en este caso, en lugar de atascarte tratando de explicarle la vida erótica de los homosexuales, podrías decirle:
«Por que se quieren y se sienten atraídos. ¿Tú has oído hablar de la homosexualidad?, ¿sabes algo al respecto?». Y, a continuación, sin necesidad de mentirle, darle tu opinión más sincera. Siempre acertarás. A veces, un tema peliagudo puede ser una excelente oportunidad para hablar sobre el mismo antes de que otras personas le confundan con informaciones erróneas o explicaciones que carecen de la orientación moral que queremos inculcarle.
5 INSÓLITOS
¿QUIÉN PUEDE MÁS DIOS O SUPERMÁN?
Los niños, desde muy corta edad, afrontan con absoluta naturalidad los asuntos relacionados con la religión o la espiritualidad, aunque muchas veces sus elucubraciones llegan a extremos insospechados. En este caso, sus interrogantes son todo un desafío para la mente de los adultos, pero pueden transformarse en un diálogo profundo y enriquecedor aunque el niño sea pequeño. A modo de ejemplo, se le podría decir: «Dios está por encima de Superman, aún es más poderoso». Lógicamente, el que los padres tengan fe es un factor determinante sobre cómo hablar de estos temas. Siempre hay que contestar según las convicciones más profundas, sin contentarse con meras palabras de circunstancia, dándole una base sólida, y aprovechando además para transmitir creencias y valores de forma comprensible.

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CUENTO: La pizarra que habla juega y es tan divertida

La pizarra que habla,
juega y es tan divertida

Era la primera vez que iba a clase. No tenía demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cómo sería su primer día, así que mientras no podía conciliar el sueño ideó una manera para que el tiempo pasara lo más rápido posible.

José Buenaventura creyó que lo más conveniente era imaginar cómo sería el día siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco años.

Éste sería su primer contacto directo con estos niños. Cuando él estudió le enseñaron y dieron muchos consejos de cómo debería tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le hacía muy diferente.

En su cama soñaba despierto que todos los niños se mostraban ilusionados con lo que él enseñaba. Que lo hacía de modo agradable y que nadie se le distraía. De esta manera imaginándoselo se quedó dormido.

Al día siguiente, el despertador sonó antes de lo habitual, había que vestirse para la ocasión, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel día no se hizo el remolón, se levantó inmediatamente. Se dirigió al cuarto de baño, se aseó y afeitó, luego desayunó y se vistió. Hasta llegar al colegio sólo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.

Una vez allí saludó a sus nuevos compañeros, quienes se mostraron muy contentos con su llegada. Entre ellos murmuraban: ¡pobre maestro! En su clase no hay ni una simple pizarra.http://www.waece.org/cuentos/imagenes/06_1.gif

José Buenaventura llegó a su aula y saludó a los pequeños: "Hola a todo el mundo". Pero éstos no le correspondieron. También para ellos era el primer día y no sabían frente a quién estaban y como podrían suceder las cosas. Sólo Norberto, un chico pelirrojo bastante despierto preguntó: "Aquí no hay pizarra". A lo que José Buenaventura respondió: "Ésta gran pantalla será nuestra pizarra y con este ordenador haremos todas las actividades".

Al parecer Norberto no había quedado muy satisfecho con la contestación y volvió a preguntar: "¿Y usted dónde se sentará?" En esta ocasión, el maestro sonrió y dijo que él siempre estaría de su lado. Al parecer la primera prueba con los alumnos no había salido del todo mal. No obstante, para ello tuvo que explicar lo que era una pizarra, pues creyó que la mayoría de los niños nunca habían visto una de éstas. Seguidamente, dijo algo sobre su nueva pizarra y por qué estaba enchufada a un ordenador.

Una vez todos se presentaron y mientras Norberto seguía haciendo preguntas de las suyas, José Buenaventura encendió el ordenador y la pantalla se iluminó. En principio resultó un poco fea pero, de repente, comenzó a hacer ruidos, emitir palabras y hasta tenía música. Había muchos colorines y luego aparecieron dibujitos que se movían, que charlaban entre ellos, que hacían preguntas…que invitaban a jugar.

Después de aquello, los chicos fueron al patio, jugaron con el resto de los amigos, corrieron y saltaron muchísimo. Otra vez en clase estuvieron trabajando sobre actividades que el maestro les mandó.

Los días fueron pasando y todos los alumnos estaban muy contentos con aquella nueva pizarra que hablaba, invitaba a jugar y casi sin querer enseñaba cosas muy bonitas. Cuando los pequeños se habían familiarizado con aquella herramienta, también jugaban directamente con ella. Todos disfrutaban mientras aprendían y José Buenaventura cada día estaba más ilusionado pues veía cómo todos participaban. Incluso Ramón, que tenía un problemita en las manitas, para él había una bola de color azul con la que podía jugar y hacer dibujos, o bien colorear en el ordenador.

Él traía a la clase discos que colocaba en el ordenador y todo el mundo jugaba. A veces, escribía algo y enseñaba juegos de otros países, pensados para los niños de cualquier lugar del mundo. También veían la televisión, sólo los programas infantiles y, de vez en cuando, mostraba lugares muy lejanos.

Un día, José Buenaventura dejó de venir al colegio. Nadie supo lo que le sucedió, quizá nadie quiso preguntar qué le había sucedido. Así que me pusieron en su lugar. Me extrañó muchísimo, el primer día que fui, que en la clase no hubiese pizarra, pero pronto me acostumbré. En la actualidad soy incapaz de enseñar sin la ayuda del ordenador y aquella pizarra que habla, juega y es tan divertida. ¡Ah! Lo había olvidado, José Buenaventura está en la Universidad, un lugar donde enseña a los mayores cosas sobre los niños y siempre que tengo alguna duda, acudo a él.

Víctor Amar


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