FELIZ DIA DE LA MADRE

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domingo, 25 de marzo de 2012


¿COLEGIO PÚBLICO O CONCERTADO?



La búsqueda de colegio es un tema complicado que puede llevar tiempo. Merece la pena sopesar varias posibilidades hasta estar seguros de que tomamos la mejor decisión para el futuro de nuestros hijos.

¿Por dónde empezar?
Un primer paso consiste en definir si queremos para nuestros hijos una enseñanza pública,  privada o concertada.

TIPO DE CENTROS
Centros públicos
Imparten los ciclos educativos obligatorios (6-16 años). La gestión la lleva a cabo el Ministerio de Educación, Ayuntamientos, Diputaciones, Comunidades Autónomas, etc. La enseñanza es laica y gratuita. Los criterios de admisión incluyen aspectos tales como la renta familiar, la proximidad del centro con el domicilio y la presencia de otros hermanos o hermanas en el centro, por lo que algunas familias ven limitadas las posibilidades de que sus hijos puedan acceder a un centro determinado.

Centros concertados
Son privados que llegan a acuerdos con la Administración para que sean subvencionados, en gran parte, por fondos  públicos. Deben seguir ciertas normas del Ministerio de Educación. La mayoría de ellos están regidos por religiosos, con ideario propio.

Centros privados
La educación es financiada por los padres y madres y gestionada por una persona física o jurídica.  Mantienen un ideario, siempre dentro del respeto a la Constitución y a los derechos universales.
Los motivos para elegir un tipo de centro u otro son muy variados, y depende, sobre todo, de las prioridades de padres y madres. Para unos puede ser importante que el colegio esté cerca del domicilio familiar; para otros, que disponga de unas buenas instalaciones; o que tenga una amplia oferta de actividades extraescoleres; o bien que se impulse el dominio de los idiomas. 

FACTORES QUE CUENTAN A LA HORA DE ELEGIR UN CENTRO U OTRO
Economía
Dependiendo del poder adquisitivo de las familias sus hijos podrán ir a un colegio público, concertado o privado.
Por ejemplo:
Familia de clase baja-> colegio público
Familia de clase media-> colegio concertado
Familia de clase media-alta -> colegio privado

Educación
Ninguna de las opciones garantiza una enseñanza de calidad; por eso hay que estudiar cuidadosamente cada una de las posibilidades, se trate de un centro público, privado o concertado. 

Actividades
También es importante tener en cuenta:
§  La orientación religiosa o laica
§  La calidad del profesorado (profesora abierto al cambio, innovación)
§  Las instalaciones del centro (pistas deportivas)

Y si hay servicios como:
§  La ruta para facilitar el desplazamiento de los alumnos
§  Las facilidades informáticas (ordenadores, pizarras digitales…)
§  La biblioteca
§  O las actividades extraescolares (inglés, música, talleres…)

Comedor escolar, deportes, actividades extracurriculares...
Son muchos los detalles que los padres deben observar en las visitas a los colegios cuando lleven a cabo la selección.
Naturalmente, si hay comedor es importante conocer qué tipo de menús y alimentos se ofrecen, si se trata de una  dieta sana y el nivel de calidad de la comida.
Los precios de todos los servicios también serán muy importantes, sobre todo si se trata de un colegio privado, sin olvidar el público y concertado.

Como conclusión, es fundamental hacer una visita a cada tipo de centro antes de escolarizar a nuestro hijo, es decir, conocer los profesores, servicios, instalaciones deportivas…

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CUENTO: La pizarra que habla juega y es tan divertida

La pizarra que habla,
juega y es tan divertida

Era la primera vez que iba a clase. No tenía demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cómo sería su primer día, así que mientras no podía conciliar el sueño ideó una manera para que el tiempo pasara lo más rápido posible.

José Buenaventura creyó que lo más conveniente era imaginar cómo sería el día siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco años.

Éste sería su primer contacto directo con estos niños. Cuando él estudió le enseñaron y dieron muchos consejos de cómo debería tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le hacía muy diferente.

En su cama soñaba despierto que todos los niños se mostraban ilusionados con lo que él enseñaba. Que lo hacía de modo agradable y que nadie se le distraía. De esta manera imaginándoselo se quedó dormido.

Al día siguiente, el despertador sonó antes de lo habitual, había que vestirse para la ocasión, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel día no se hizo el remolón, se levantó inmediatamente. Se dirigió al cuarto de baño, se aseó y afeitó, luego desayunó y se vistió. Hasta llegar al colegio sólo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.

Una vez allí saludó a sus nuevos compañeros, quienes se mostraron muy contentos con su llegada. Entre ellos murmuraban: ¡pobre maestro! En su clase no hay ni una simple pizarra.http://www.waece.org/cuentos/imagenes/06_1.gif

José Buenaventura llegó a su aula y saludó a los pequeños: "Hola a todo el mundo". Pero éstos no le correspondieron. También para ellos era el primer día y no sabían frente a quién estaban y como podrían suceder las cosas. Sólo Norberto, un chico pelirrojo bastante despierto preguntó: "Aquí no hay pizarra". A lo que José Buenaventura respondió: "Ésta gran pantalla será nuestra pizarra y con este ordenador haremos todas las actividades".

Al parecer Norberto no había quedado muy satisfecho con la contestación y volvió a preguntar: "¿Y usted dónde se sentará?" En esta ocasión, el maestro sonrió y dijo que él siempre estaría de su lado. Al parecer la primera prueba con los alumnos no había salido del todo mal. No obstante, para ello tuvo que explicar lo que era una pizarra, pues creyó que la mayoría de los niños nunca habían visto una de éstas. Seguidamente, dijo algo sobre su nueva pizarra y por qué estaba enchufada a un ordenador.

Una vez todos se presentaron y mientras Norberto seguía haciendo preguntas de las suyas, José Buenaventura encendió el ordenador y la pantalla se iluminó. En principio resultó un poco fea pero, de repente, comenzó a hacer ruidos, emitir palabras y hasta tenía música. Había muchos colorines y luego aparecieron dibujitos que se movían, que charlaban entre ellos, que hacían preguntas…que invitaban a jugar.

Después de aquello, los chicos fueron al patio, jugaron con el resto de los amigos, corrieron y saltaron muchísimo. Otra vez en clase estuvieron trabajando sobre actividades que el maestro les mandó.

Los días fueron pasando y todos los alumnos estaban muy contentos con aquella nueva pizarra que hablaba, invitaba a jugar y casi sin querer enseñaba cosas muy bonitas. Cuando los pequeños se habían familiarizado con aquella herramienta, también jugaban directamente con ella. Todos disfrutaban mientras aprendían y José Buenaventura cada día estaba más ilusionado pues veía cómo todos participaban. Incluso Ramón, que tenía un problemita en las manitas, para él había una bola de color azul con la que podía jugar y hacer dibujos, o bien colorear en el ordenador.

Él traía a la clase discos que colocaba en el ordenador y todo el mundo jugaba. A veces, escribía algo y enseñaba juegos de otros países, pensados para los niños de cualquier lugar del mundo. También veían la televisión, sólo los programas infantiles y, de vez en cuando, mostraba lugares muy lejanos.

Un día, José Buenaventura dejó de venir al colegio. Nadie supo lo que le sucedió, quizá nadie quiso preguntar qué le había sucedido. Así que me pusieron en su lugar. Me extrañó muchísimo, el primer día que fui, que en la clase no hubiese pizarra, pero pronto me acostumbré. En la actualidad soy incapaz de enseñar sin la ayuda del ordenador y aquella pizarra que habla, juega y es tan divertida. ¡Ah! Lo había olvidado, José Buenaventura está en la Universidad, un lugar donde enseña a los mayores cosas sobre los niños y siempre que tengo alguna duda, acudo a él.

Víctor Amar


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