FELIZ DIA DE LA MADRE

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EL BLOGGER BUFANDAS Y ABRIGOS OS DESEA FELIZ DIA DE LA MADRE

viernes, 2 de marzo de 2012

JUEGOS MUSICALES



En clase mis compañeras y yo hicimos algunos juegos para trabajar alguno de los cuatro parámetros del sonido (intensidad, duración, timbre y sonido) con los niños. Estos son:

- Los cubos mágicos:
 Es un juego en el que hay cuatros cubos colgados de unos hilos sobre un aguantador de una mesa de madera, estos cubos pueden ser decorados con pegatinas o de diferentes colores. En este juego el  niño tiene que pagar a los cubos con una baqueta y decir que sonido es más grave o agudo. También se podrían componer una canción para los cubos si los tenemos pintados de diferentes colores o con diferentes pegatinas.
Algunos compañeros han hecho también este juego pero en vez de utilizar cubos han utilizado macetas para realizar el sonido.


-La campana:
Este juego consiste en coger una serie de macetas e incluir dentro de ellas un tornillo para que cuando golpeemos sobre ellas suene un sonido diferente, es decir, grave o agudo.


-¿Quién es quién?
Este juego consiste en tocar una canción que sepan los alumnos con el piano o la flauta, cantarla todos juntos. Luego, se elige a un niño para taparle los ojos y este tiene que acertar quien canta la canción.
Otra variante de este juego seria taparle los ojos a un niño y este tiene que adivinar que instrumento se está tocando.
También, podríamos tocar dos tipos de flautas diferentes (madera y plástico) para ver si suenan igual.

-Xilófono de madera, está hecho de madera y sirve para trabajar la intensidad.

-Bingo: Primero se explica a los alumnos cada instrumento y su sonido correspondiente. Una vez los niños lo saben se pasa a jugar al juego. Este juego consiste en repartir una serie de fichas a los alumnos de instrumentos musicales, el profesor los toca y ellos tienen que ir poniendo los gomets en cada instrumento hasta hacer bingo. El mismo juego se podría hacer con los sonidos de los diferentes animales.

-Para trabajar los diferentes sonidos podríamos poner arena, sal, azúcar, letejas…en botellas, aros, latas, botes de actimel…y los niños meneándolos tendrían que descubrir que sonido es más grave y cual más agudo.

-Mediante la pizarra digital podríamos realizar una actividad en los niños en la que escucharían los diferentes sonidos de los instrumentos. Posteriormente, los relacionarían con su nombre.

-Flautas de caña podríamos realizar una actividad con los niños para que distinguieran los diferentes sonidos que estas tienen.

-Oca musical, este juego es parecido al Monopoli, pero con 4 tipos de tarjetas que son la duración, intensidad, sonido y timbre. Cuando el alumno cae en alguna de estas casillas tiene que coger una tarjeta leer lo que poner y hacerlo. Por ejemplo: Hacer un sonido grave.

-Flauta con goma de butano, las gomas cambian de tamaño. Estas pueden ser de más grande a más pequeñas. También, llevan belcro alrededor para que el niño toque la flauta y la pueda ordenar en el lugar correspondiente desde más grave a más agudo.

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CUENTO: La pizarra que habla juega y es tan divertida

La pizarra que habla,
juega y es tan divertida

Era la primera vez que iba a clase. No tenía demasiado miedo, pero aquella noche no pudo dormir demasiado. Estuvo pensando y pensando cómo sería su primer día, así que mientras no podía conciliar el sueño ideó una manera para que el tiempo pasara lo más rápido posible.

José Buenaventura creyó que lo más conveniente era imaginar cómo sería el día siguiente, aquella primera jornada frente a veinte chiquillos de entre cuatro y cinco años.

Éste sería su primer contacto directo con estos niños. Cuando él estudió le enseñaron y dieron muchos consejos de cómo debería tratar a los futuros alumnos, pero la realidad siempre se le hacía muy diferente.

En su cama soñaba despierto que todos los niños se mostraban ilusionados con lo que él enseñaba. Que lo hacía de modo agradable y que nadie se le distraía. De esta manera imaginándoselo se quedó dormido.

Al día siguiente, el despertador sonó antes de lo habitual, había que vestirse para la ocasión, por ello, la ropa bien planchada descansaba sobre la silla junto a la cama. Aquel día no se hizo el remolón, se levantó inmediatamente. Se dirigió al cuarto de baño, se aseó y afeitó, luego desayunó y se vistió. Hasta llegar al colegio sólo tuvo que caminar unos diez minutos, que se le pasaron volando, pues estaba muy nervioso.

Una vez allí saludó a sus nuevos compañeros, quienes se mostraron muy contentos con su llegada. Entre ellos murmuraban: ¡pobre maestro! En su clase no hay ni una simple pizarra.http://www.waece.org/cuentos/imagenes/06_1.gif

José Buenaventura llegó a su aula y saludó a los pequeños: "Hola a todo el mundo". Pero éstos no le correspondieron. También para ellos era el primer día y no sabían frente a quién estaban y como podrían suceder las cosas. Sólo Norberto, un chico pelirrojo bastante despierto preguntó: "Aquí no hay pizarra". A lo que José Buenaventura respondió: "Ésta gran pantalla será nuestra pizarra y con este ordenador haremos todas las actividades".

Al parecer Norberto no había quedado muy satisfecho con la contestación y volvió a preguntar: "¿Y usted dónde se sentará?" En esta ocasión, el maestro sonrió y dijo que él siempre estaría de su lado. Al parecer la primera prueba con los alumnos no había salido del todo mal. No obstante, para ello tuvo que explicar lo que era una pizarra, pues creyó que la mayoría de los niños nunca habían visto una de éstas. Seguidamente, dijo algo sobre su nueva pizarra y por qué estaba enchufada a un ordenador.

Una vez todos se presentaron y mientras Norberto seguía haciendo preguntas de las suyas, José Buenaventura encendió el ordenador y la pantalla se iluminó. En principio resultó un poco fea pero, de repente, comenzó a hacer ruidos, emitir palabras y hasta tenía música. Había muchos colorines y luego aparecieron dibujitos que se movían, que charlaban entre ellos, que hacían preguntas…que invitaban a jugar.

Después de aquello, los chicos fueron al patio, jugaron con el resto de los amigos, corrieron y saltaron muchísimo. Otra vez en clase estuvieron trabajando sobre actividades que el maestro les mandó.

Los días fueron pasando y todos los alumnos estaban muy contentos con aquella nueva pizarra que hablaba, invitaba a jugar y casi sin querer enseñaba cosas muy bonitas. Cuando los pequeños se habían familiarizado con aquella herramienta, también jugaban directamente con ella. Todos disfrutaban mientras aprendían y José Buenaventura cada día estaba más ilusionado pues veía cómo todos participaban. Incluso Ramón, que tenía un problemita en las manitas, para él había una bola de color azul con la que podía jugar y hacer dibujos, o bien colorear en el ordenador.

Él traía a la clase discos que colocaba en el ordenador y todo el mundo jugaba. A veces, escribía algo y enseñaba juegos de otros países, pensados para los niños de cualquier lugar del mundo. También veían la televisión, sólo los programas infantiles y, de vez en cuando, mostraba lugares muy lejanos.

Un día, José Buenaventura dejó de venir al colegio. Nadie supo lo que le sucedió, quizá nadie quiso preguntar qué le había sucedido. Así que me pusieron en su lugar. Me extrañó muchísimo, el primer día que fui, que en la clase no hubiese pizarra, pero pronto me acostumbré. En la actualidad soy incapaz de enseñar sin la ayuda del ordenador y aquella pizarra que habla, juega y es tan divertida. ¡Ah! Lo había olvidado, José Buenaventura está en la Universidad, un lugar donde enseña a los mayores cosas sobre los niños y siempre que tengo alguna duda, acudo a él.

Víctor Amar


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